Advertencia: los peligros de la alegría

Mejor prevenir que curar, dicen los mayores. No me gustaría empezar a hablaros de alegría y del ji, ji, ja, ja sin advertir de lo que os puede pasar. Ni soy la persona más alegre de la faz de la tierra ni serlo necesariamente sería la mejor opción, así que si pudiera elegir por vosotros elegiría ser alegre, sin más. Este blog no tiene ninguna pretensión de ser un blog de auto-ayuda ni mucho menos pero me gustaría advertiros: de tanto leer cosas alegres os pueden pasar algunas de las 3 cosas que os detallo más abajo.

No tenéis por qué asustaros, pero antes de nada debéis saber que la alegría trae tantas cosas positivas como negativas, en la misma proporción. ¿Qué quiero decir? Cada impacto alegre provoca el mismo impacto negativo, en la misma medida y en el mismo momento. Podríamos afirmar que cualquier suceso o hecho que un día os provoca un nivel de alegría 8 en una escala del 0 al 10, estará provocando el efecto contrario ( -8 ) en vosotros mismos o en otra persona, en ese mismo y exacto momento. De todos modos, esta es la que yo llamo ‘La Teoría de la Relatividad del 8’ y os la contaré otro día, y con más detalle. Ahora, a lo que iba…

Los peligros (o efectos secundarios) de la alegría, los debéis tener en cuenta, pero sin obsesionaros, como todo. La alegría no es más ni menis que nadie:

Peligro número 1: ¡Cuando haces pop ya no hay stop!

Sí, ¡como las Pringle’s! Los que seáis más de Lay’s o de pipas Facundo también lo habréis experimentado alguna vez y podréis hacer el paralelismo. Una vez empiezas a ser alegre, ya no hay vuelta atrás. No querrás parar y no habrá día que prefieras no serlo. La diferencia con las Pringles en este caso es que la alegría, si es de la buena, ¡nunca se acaba! Así que no tendrás que racanear con tu novio o novia por la última patata a lo ‘Cómetela tú’ ‘No, cógela tú’…porque tendrás para todos y a todas horas.

Peligro número 2: ¡Ojito con ‘Ellos’! 

Como nunca he sido de Ellos, ellas, estudiantes y estudiantas, los llamaré Ellos. Ellos son todos los demás, además de vosotros mismos. Para que os hagáis una idea, Ellos son los que no comen ni Pringles, ni pipas ni Lay’s. Ellos a veces han sido alegres, otras nunca, otras veces ni siquiera sabrán lo que es serlo y otras querrán coger tu bote y llevarselo muy lejos. ¡Ni tan solo querrán comérselo! Solo querrán llevarlo lejos y no volver. Ojito con Ellos, porque también hablaremos de lo que hacen, de lo que te puden aportar, y de cómo aportarles a ellos.

Los únicos Ellos que me gustan son los que quieren tener la misma alegría que tú, y llaman a la puerta antes de entrar y preguntan cómo conseguirla. Nada de coger una patata sin avisar.

Peligro número 3: Parecerás tonto, y eso es bueno. 

La cara de tonto es buena, no te preocupes, pero los alegres tenemos cara de tonto más de lo que nos gustaría. La alegría se confunde con la tontería muy a menudo, ya lo verás. Lo importante de esto es ser consciente de que por mucho que lo parezcas, no lo eres. Podrías pensar que sonreír con alegría y parecer tonto te perjudica, pero el secreto está en aprovecharte de la situación y saber que son Ellos los que no saben de qué va la película. Que corran con su bote de Pringles. Algún día volverán y querrán tener la misma cara que tienes tú.

Nada más por hoy, solo prevención. Cuando entre en materia con historias alegres, recordad los peligros que acechan.

mabeegi

Un comentario en “Advertencia: los peligros de la alegría

  1. Vas lanzada! Espero de corazón que te siga mucha gente. Nos vemos poquito pero siempre es un gustazo, porque en todo momento, esté como esté, me arrancas una sonrisa.
    Estoy de acuerdo en que ser tan happy es una opción, pero también es un don. No existe tanta gente capaz de crear ese buen rollo a su alrededor. Y por eso eres tan especial Miss B.
    Que tengas mucha mucha suerte en esta aventura! Ansiosa por leer el #3!!!
    Besitos

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